22 Todos los israelitas que se habían escondido en la montaña de
Efraím, al saber que los filisteos huían, los persiguieron hostigándolos.
23 Aquel día Yahveh dio la victoria a Israel. El combate se extendió
más allá de Bet Jorón.
24 Los hombres de Israel estaban en gran apuro aquel día y Saúl
pronunció una imprecación sobre el pueblo: «Maldito el hombre que coma
algo antes del anochecer, antes que me haya vengado de mis enemigos.» Y
nadie del pueblo probó bocado.
25 Había, pues, un panal de miel por el suelo,
26 y el pueblo llegó al panal cuando la miel estaba destilando, pero
nadie se llevó la mano a su boca, porque el pueblo temía la imprecación.